Patricia Paillao Millán / La defensa de la naturaleza en cuerpo y territorio de una mujer mapuche

23 Min de Lectura

En memoria de la lamngen Macarena Valdés

El consenso neoliberal ha permeado todas las dimensiones socioculturales. Lo podemos reconocer desde que cada mañana nos despertamos a encender la luz y comienza a andar el medidor; cuando bebemos el primer vaso de agua del día; cuando convertimos en una necesidad aquella publicidad que nos atrapa al encender el televisor, escuchar la radio o revisar las redes sociales; al escuchar atentamente historias de papay y chachay (1) en comunidades mapuche, que cuentan que hubo tiempos de dolor y sufrimiento en que se instalaron, a través de una nueva oleada de terror en dictadura, la reducción territorial al mapuche, la supremacía del dinero, el individualismo, la economía globalizada extractivista que deteriora la naturaleza para obtener grandes ganancias a partir de las materias primas exportadas, la falta de agua y alimentos, la pérdida de la lengua y la cultura que intenta sobrevivir ante los patrones hegemónicos de una educación que reproduce discriminación, segregación y falta de oportunidades.

Este consenso neoliberal, con bases profundamente patriarcales, hoy se expande y amenaza con manifestaciones mucho más conservadoras expresadas en un discurso de libertad: para elegir cómo y dónde educar a mis hijas e hijos, dónde atender la salud propia o de la familia, dónde vivir más seguro, en qué invertir mi dinero; pero esa libertad no es más que eso, un discurso, porque la realidad es bastante disímil y segregadora, asentada en siglos de colonialismo y destierro de los pueblos originarios, que han sido los más afectados y empobrecidos.

La movilización y resistencia de las mujeres mapuche

De acuerdo a datos del CENSO 2002, de la población que se declara perteneciente a pueblos originarios, un 51% corresponde a mujeres, lo que corresponde a más de un millón de personas. De esta cifra, las mujeres mapuche son las más numerosas. Más de la mitad son niñas y jóvenes, y habitan, mayoritariamente, en la Región Metropolitana, La Araucanía, y Los Lagos (2).

Las mujeres del pueblo mapuche, históricamente, han sido quienes transmiten la lengua y la cultura, que hoy incorpora elementos de otras manifestaciones identitarias dado el carácter dinámico de la cultura. El ser mapuche ha sobrevivido a siglos de guerra, genocidio y reducción territorial, disfrazado en los textos de historia como “pacificación de La Araucanía”, períodos extensos que pueden explicar el porqué de la conflictividad contemporánea entre pueblos que conforman nuestra actual sociedad.

La conflictividad hoy se ve representada en una resistencia de las comunidades a la economía extractivista, por muchas décadas absolutamente falta de regulación y operando en complicidad con el Estado, que se deslinda de su rol social para proteger intereses de la empresa privada. Chile, que ostenta el título de experimento de instalación del neoliberalismo en Latinoamérica, ha permitido la expansión de proyectos forestales, hidroeléctricos, termoeléctricos, mineros, entre otros, que han atentado contra la biodiversidad, erosionando los suelos con miles de hectáreas de monocultivo forestal, acrecentando además la crisis hídrica que hoy, en la región de La Araucanía, mantiene a más de 25.000 familias dependiendo del agua repartida por camiones aljibe, que entregan 50 litros semanales por miembro del grupo familiar. En verano se agudiza la falta de este vital elemento, impactando todas las formas de vida, convirtiendo grandes extensiones de territorio en zonas de sacrificio.

En la lógica de resistencia y sobrevivencia, las mujeres mapuche son fundamentales en promover la organización de sus comunidades en miras de mitigar los impactos negativos de los proyectos extractivistas y prohibir la destrucción que genera su instalación en los territorios.

La movilización de las mujeres, en particular en el caso de Wallmapu (3), ha permitido retrasar o rechazar, por medio del Servicio de Evaluación Ambiental, Comités de ministros o Tribunales Ambientales(4), los avances de iniciativas como Embalse 1, 2 y 3 del Sector Nilpe en la comuna de Galvarino, donde el millonario empresario chileno Juan Sutil pretendía acumular aguas para riego de plantaciones de cerezas de exportación, en una comuna que enfrenta a diario la falta de agua, producto de la proliferación por décadas de faenas forestales con monocultivos de pinos y eucaliptus.

Otro caso ha sido la lucha de las comunidades de Melipeuco en contra de la central hidroeléctrica de paso “El Rincón”, aprobada en la instancia de Comité de ministros que ha dado pie a personas y comunidades mapuche del territorio a presentar reclamaciones al Tercer Tribunal Ambiental de Valdivia, siendo anulada su aprobación por esta instancia, el 11 de marzo de 2025. En la sentencia se señala: “La evaluación de impacto ambiental presentaba serias deficiencias metodológicas, particularmente en la caracterización de la línea base y la evaluación de los impactos sobre el medio ambiente, el turismo, los recursos hídricos y la fauna” (4).

Las luchas medioambientales traen consigo incansables jornadas de organización y activismo para sensibilizar a las actorías de los territorios, para visibilizar ante la opinión pública los daños en corto, mediano y largo plazo que generan los proyectos extractivistas, daños que no solo se manifiestan en el entorno que nos rodea. Desde el kimün mapuche, el ser humano coexiste con las distintas formas de vida, en equilibrio, respetando los tiempos y espacios. Por ello, la defensa de la naturaleza es cuidar la vida en su integridad, la lucha por el agua, la soberanía alimentaria, las reivindicaciones territoriales son manifestaciones de la resistencia al sistema económico neoliberal que ha reducido, depredado, amenazado e instalado el miedo e incertidumbre en quienes han sostenido las organizaciones.

Mujeres mapuche: cuidadoras y defensoras de la naturaleza

Lo anterior trae consigo una carga física, emocional que impacta negativa y doblemente el cuerpo-territorio de las mujeres que, en muchas ocasiones, se ven oprimidas y cuestionadas en su labor. El ser mujer, indígena y pobre impone un triple obstáculo para validarse en estructuras patriarcales, en espacios políticos y sociales históricamente copados por los hombres. Cabe señalar que existe un estereotipo del rol de las activistas de los derechos de la naturaleza, que las encasilla en personas con mayor nivel educacional o con más acceso a recursos económicos, que hacen uso de su tiempo libre para este tipo de actividades, lo que ciertamente, no corresponde a la realidad.

Las manifestaciones más violentas del poder económico neoliberal y patriarcal recaen sobre las mujeres mapuche. Conocidos son los casos de quienes han sido víctimas de constantes amedrentamientos, criminalización, amenazas, violencia física y femicidio. Cuidadoras de la naturaleza han sido encontradas muertas, instalándose la tesis del suicidio a partir de primeras pericias, con familias que hasta el día de hoy no encuentran justicia, a pesar de buscar otras instancias que permitan abrir otras tesis en los procesos investigativos.

Macarena Valdes, Emilia Bau, Nicolasa Quintreman, Julia Chuñil (desaparecida desde noviembre de 2024) están en la memoria colectiva, son parte fundamental de la historia reciente en materia de conflictos medioambientales, víctimas de violencia, de vulneraciones a los derechos humanos, mantuvieron hasta el final su compromiso con la lucha en sus territorios, por frenar el avance de la miseria que traen consigo los proyectos extractivistas, que prometen progreso, empleos, cautivando a las personas con incentivos económicos para que respalden su cometido; son muchos los relatos en torno a la instalación de los estudios y faenas propiamente tal.

En el caso de Macarena Valdés y Emilia Bau, ambas fueron encontradas muertas, hace 9 y 4 años respectivamente. En cuanto a Emilia, se condenó a Francisco Jara Jarpa por homicidio simple, y los otros 6 involucrados fueron absueltos, a pesar de las pruebas que concluían que estuvieron en el lugar de los hechos y actuaron en complicidad. Emilia fue una activista medioambiental trans asesinada de un disparo en la cabeza, en febrero de 2021, en medio del conflicto entre un condominio y una comunidad mapuche, donde la inmobiliaria instaló un cerco que impedía el libre acceso al Lago Riñihue, lo que fue considerado una injusticia y atropello a los derechos de los habitantes de la comunidad, y Emilia comprometió acciones en su defensa (CIPER, 2023).

Macarena Valdés, mujer, madre de 4 niños, en 2014 llegó al territorio de Tranguil, comuna de Panguipulli, región de Los Ríos, a hacer vida de familia y en la búsqueda vivencial y espiritual de la cultura mapuche, junto a su compañero Ruben Collío. En el territorio fueron acogidos por la comunidad Newen y se hicieron parte de la lucha en contra de la instalación de la central hidroeléctrica de paso en el río Tranguil, proyecto de la multinacional austríaca RP Global y SAESA, quienes comenzaron faenas en parte de la propiedad de Mónica Paillamilla, sin contar con las autorizaciones respectivas. Según el relato entregado por Mónica, le sugieren pedirle a Rubén Collio que haga abandono del territorio, ya que se encontraba bajo amenaza por personeros cercanos a RP Global. Estos hechos ocurren el 21 de agosto de 2016 y al día siguiente Macarena Valdés es encontrada muerta en su casa por su hijo de 11 años. A partir de las primeras pericias del Servicio Médico Legal, la fiscalía califica la muerte como suicidio, sin embargo, posteriores peritajes solicitados por la familia, apuntan a que hubo intervención de terceros. Los médicos forenses concluyeron que Macarena ya se encontraba fallecida al momento de ser suspendida con una cuerda sujeta a una viga de su casa. El werkén Rubén Collio falleció en un accidente automovilístico en el año 2022, sin encontrar la justicia que incansablemente buscó junto a más de 70 organizaciones que siguen clamando por diligencias investigativas que aclaren este caso, que ha sido emblema de las luchas ecofeministas y por la defensa de la naturaleza.

Julia Chuñil, de 73 años, lleva 143 días desaparecida. Sus familiares y más de 200 organizaciones nacionales e internacionales de activismo medioambiental y derechos humanos claman por tener información de su paradero. Julia, defensora de la naturaleza y presidenta de la comunidad indígena de Putreguel desde 2014, ha sido activa en la reivindicación de tierras mapuche y se enfrentó a quienes realizaban acciones de explotación de bosques.

En el sur de Chile existe desde hace décadas una disputa territorial entre el Estado, empresas forestales y comunidades mapuche que reclaman el territorio que habitaron durante siglos. (…) Ella conocía este terreno como nadie y nunca pensó en explotar la madera, todo lo contrario: quería cuidar a sus animales y a estas tierras (7).

La historia de Julia Chuñil es la que viven mujeres indígenas de latinoamérica en la defensa de su territorio, que son víctimas de amenazas y resienten en su salud física y mental las constantes acciones por la defensa del territorio. Ella le manifestó a su familia: “si me pasa algo, ustedes saben quién fue”, frase que resonó por todos los territorios en las manifestaciones del Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo del presente año, que se vio marcado por su imagen y consignas que pidieron saber ¿dónde está Julia Chuñil?

El Informe anual La situación de las personas defensoras de la naturaleza en Chile durante el 2024, emitido por la ONG Escazú Ahora, arroja datos preocupantes de la realidad de las defensoras de la naturaleza en territorio nacional. Los principales hallazgos de la investigación señalan que un 48,9% de las agresiones a defensoras/es fueron de carácter físico, aumentando más de un triple de lo informado en el año 2023, concentrado en las regiones del Biobío, Valparaíso, Los Lagos y Los Ríos, siendo las mujeres las más afectadas, con un 70, 2% de los casos registrados.

Hacia una democracia ambiental

Chile, en mayo de 2022, firma el Acuerdo de Escazú, primer tratado de asuntos ambientales de América Latina y El Caribe, que plantea, entre otras medidas, el fortalecimiento de la democracia ambiental en el país, con acceso a la información ambiental de manera oportuna y comprensible para las personas de parte de los servicios públicos involucrados, el acceso a la participación pública en decisiones de proyectos que intervienen el medioambiente desde su génesis, además de acceso a justicia ambiental y el planteamiento de acciones de cuidado a activistas por los derechos medioambientales, protegiendo su accionar en los distintos territorios. Sin embargo, Chile se encuentra en una etapa de asumir profundos desafíos en esta materia, ya que no existe aún legislación que permita operacionalizar los compromisos asumidos a partir del tratado.

Reflexionamos nuevamente acerca de la peligrosidad del consenso neoliberal, que no permite la apertura de las voluntades políticas con miras a desarrollar prácticas de economía sustentable. Se perpetúan, de este modo, los extractivismos que amenazan de manera constante la integridad física de quienes deciden actuar por el cuidado de sus territorios y la preservación de la naturaleza y la biodiversidad, siendo mujeres indígenas las que se ven principalmente expuestas a amenazas y a la violencia desmedida, con falta de agua para desarrollar la vida, que se traduce en falta de soberanía alimentaria, de salud y rezago en todo ámbito.

Es fundamental una mirada interseccional para abordar las proyecciones en materia de política medioambiental. Chile tuvo una oportunidad de trascender en el proceso de elaborar una nueva carta magna que llevó a cabo la Convención Constitucional que se conformó en 2021 y entregó su propuesta al presidente de la República, Gabriel Boric, el 4 julio de 2022. En esta propuesta de nueva Constitución se buscó consagrar los derechos de la naturaleza teniendo como premisa que las personas y la naturaleza forman un conjunto inseparable y, por tanto, el Estado y la sociedad tienen el deber de protegerlos y respetarlos (9). El reconocimiento constitucional de los derechos de la naturaleza hubiera permitido contar con un constructo e ideario fundamental para llevar adelante una nueva perspectiva de crecimiento en todo ámbito de vida.

El cuidado de la naturaleza es transversal a la vida, se cruza con todo nuestro actuar; hoy nos enfrentamos a una crisis producto del cambio climático que hemos generado las personas por los estilos de vida y de producción, a una crisis hídrica que mantiene a las zonas rurales de nuestro país sobreviviendo con los escasos litros que entregan los camiones aljibe, con oferta limitada de sistemas de riego que requieren de condiciones a veces inalcanzables para las familias que tienen que postular a través de los instrumentos de INDAP o la Comisión Nacional de Riego, con escasa posesión de tierras para llevar adelante actividades ganaderas o agrícolas.

El modelo económico neoliberal ha empobrecido a las familias indígenas, mapuche de territorios rurales, quienes a diario viven la devastación que generan las empresas forestales, extractoras de áridos, inmobiliarias, mineras, hidroeléctricas; que deterioran el ecosistema, lo alteran y durante décadas han gozado de la falta de fiscalización y de participación ciudadana en la instalación de sus propuestas, empobreciendo a las comunidades que hoy, a través de sus mujeres, alzan la voz por justicia y equidad territorial, por llevar adelante la vida de sus familias con las fuentes básicas de vida, la tierra y el agua.

En la actualidad las mujeres indígenas latinoamericanas han ido desarrollando herramientas y articulaciones internacionales para el cuidado colectivo frente a conflictos socioambientales en los territorios, ante la falta de justicia y el avance del extractivismo caracterizado por un gen patriarcal. Se han organizado y visibilizado sus luchas documentando en textos, medios audiovisuales y realizando encuentros donde socializan los procesos de defensa.

Las mujeres por condicionamiento cultural son cuidadoras, guardadoras, son quienes lideran los procesos comunitarios de protección de la naturaleza, para sostener a sus familias y comunidades y, lamentablemente, son objeto de acciones de violencia y amedrentamiento; lo que nos llama al reconocimiento de este rol de las mujeres en los territorios y a elaborar políticas de evaluación de impacto de proyectos ambientales con perspectiva de género, abordando aspectos fundamentales como la salud mental y física de las defensoras, poniendo en valor el aporte que realizan en sus territorios, avanzar hacia políticas económicas en equilibrio con el medioambiente y quienes le habitan, acelerar los procesos de justicia hacia quienes defienden la naturaleza, que no normalicemos las distintas manifestaciones de violencia y el Estado sea garante de la protección de las personas, mujeres que luchan por dar una mejor calidad de vida a su descendencia, por el agua, por la alimentación, por la tenencia de tierra, que no debamos lamentar más muertes ni personas desaparecidas por defender la vida.

Notas

(1)Papay en mapudungun se utiliza para referirse a una mujer mayor, mientras que chachay se usa para dirigirse a hombres mayores, ambas son expresiones de respeto y afecto.

(2) Al cierre de este artículo, aún no se cuenta con los datos de personas que se declaran pertenecientes a pueblos originarios del CENSO 2023, aplicado en el territorio chileno.

(3) “El Wallmapu es una concepción espacio-temporal específica, ligada a la territorialidad física y el devenir histórico, dos formas anudadas en la sabiduría mapuche” (Ana Matías Rendón (2020), Wallmapu: espacio-tiempo mapuche, Cuadernos de Teoría Social 6(11): 66-94. En cuanto al espacio, comprende el sur de Chile y Argentina. En cuanto a Chile, contempla las regiones del Bío-Bío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos.

(4) Estas instancias forman parte de la institucionalidad ambiental de Chile, que ha sido generada a partir de la Ley 19.300 de 1994, en el mandato del presidente Patricio Aylwin, que crea la Ley sobre Bases Generales del Medioambiente. Posteriormente, en 2010, finalizando el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, se promulga la Ley 20.417, que crea el Ministerio, el Servicio de Evaluación Ambiental y la Superintendencia del Medio Ambiente.

(5) Tercer tribunal ambiental de Chile, Sentencia definitiva, acoge reclamación, 11 de marzo de 2025, Fojas 6095, considerando Centésimo Cuadragésimo Octavo. https://causas.3ta.cl/causes/1294/expedient/53488/books/1024/?attachmentId=71598

(6) Nota completa sobre el caso de Emilia Bau, disponible en: https://www.ciperchile.cl/2023/05/31/crimen-de-activista-mapuche-en-rinihue-guardias-apuntan-al-rol-de-duenos-de-condominio-que-contrataron-a-jardinero-armado/

(7) Nota completa en https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/region-de-los-rios/2025/02/15/100-dias-sin-julia-chunil-en-sus-familiares-persiste-la-esperanza-de-encontrarla-viva.shtml

(8) Informe completo disponible en https://www.escazuahorachile.cl/_files/ugd/3d8d98_fbc4935d3a51428ba6b5fa0d9577d916.pdf

(9) Artículo 9 de la propuesta constitucional 2022, disponible en https://www.chileconvencion.cl/wp-content/uploads/2022/08/Texto-CPR-2022-entregado-al-Pdte-y-publicado-en-la-web-el-4-de-julio.pdf

Referencias

Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (1998). Guía metodológica para la gestión comunitaria de conflictos ambientales. https://olca.cl/articulo/nota.php?id=2333

Matías Rendón, Ana (2020). “Wallmapu: espacio-tiempo mapuche». Cuadernos de Teoría Social 6(11): 66-94.

Tercer tribunal ambiental de Chile, Sentencia definitiva, acoge reclamación, 11 de marzo de 2025, Fojas 6095, considerando Centésimo Cuadragésimo Octavo. https://causas.3ta.cl/causes/1294/expedient/53488/books/1024/?attachmentId=71598

Nota completa sobre el caso de Emilia Bau, disponible en: https://www.ciperchile.cl/2023/05/31/crimen-de-activista-mapuche-en-rinihue-guardias-apuntan-al-rol-de-duenos-de-condominio-que-contrataron-a-jardinero-armado/

Nota sobre Julia Chumil

https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/region-de-los-rios/2025/02/15/100-dias-sin-julia-chunil-en-sus-familiares-persiste-la-esperanza-de-encontrarla-viva.shtml

Informe completo disponible en: https://www.escazuahorachile.cl/_files/ugd/3d8d98_fbc4935d3a51428ba6b5fa0d9577d916.pdf

propuesta constitucional 2022, disponible en: https://www.chileconvencion.cl/wp-content/uploads/2022/08/Texto-CPR-2022-entregado-al-Pdte-y-publicado-en-la-web-el-4-de-julio.pdf

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