En conversación con Portal Socialista, el destacado experto en temas internacionales Boris Yopo pasó revista a la asunción de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos, especialmente en las referencias a políticas que comprometen a América Latina. Yopo llamó la atención sobre un aspecto del discurso de Trump: “Que en su discurso haya citado al presidente Mc Kinsley, que impulsó intervencionismo norteamericano en la región [América Latina] en el siglo XIX, no fue casual”.
¿Qué impacto tiene para América latina la asunción de Trump?
R: Aunque Trump dijo que la región no es algo de interés para EE. UU., lo cierto es que temas claves de su agenda tienen que ver directamente con nuestra región: proteccionismo, migración irregular, tráfico de drogas, Canal de Panamá, vínculos de América Latina con China. En la medida que ha vendido estos temas al electorado, no puede ahora no tomar medidas, posiblemente unilaterales, que afectarán intereses de países de la región. La agenda de Trump es un gran riesgo para América Latina.
¿Vuelve la política de “patio trasero”? ¿Una nueva versión de la Doctrina Monroe?
R: Efectivamente, vuelve una nueva versión de la Doctrina Monroe, ahora centrada no en Europa, sino en excluir o al menos limitar la presencia de China en América Latina. Que en su discurso haya citado al presidente Mc Kinsley, que impulsó intervencionismo norteamericano en la región en el siglo XIX, no fue casual. Va a buscar imponer medidas unilaterales basado en la ley del más fuerte, en la idea de “America first”, relativizando la soberanía de países medianos y pequeños.
¿Crees que América Latina tendrá capacidad para resistir las amenazas de Trump? ¿Qué iniciativas debiera emprender la región frente a la amenaza que representa Trump para nuestro subcontinente?
R: La capacidad de resistir de América Latina pasa por dos cosas: diversificar aún más sus vínculos con otros actores y entidades internacionales (Europa, China, BRICS, etc.) y concertarnos en la región entre países dispuestos a resistir este vasallaje. Claves son Brasil y México, por su tamaño, y otros con los cuales tenemos afinidades (Colombia, Uruguay y, ojalá, Ecuador). Por último, a nosotros nos conviene, en lo posible, “estar fuera del radar” de Trump para evitar que allá se activen decisiones y mecanismos que nos puedan perjudicar. Veremos si se puede.