A las cinco y media de la tarde del 8 de marzo de 1978, decenas de mujeres inundaron la calle San Diego. A cuadras del Palacio de La Moneda, aún en restauración por el bombardeo de la Fuerza Aérea del 11 de septiembre de 1973, grupos de sindicalistas y mujeres militantes caminaban hacia el Teatro Caupolicán para el primer gran acto por el Día de la Mujer desde el inicio de la dictadura de Pinochet.
“Íbamos con ramos de claveles rojos en las manos. En cada clavel iba un papelito que recordaba la fecha e invitaba a las mujeres a ir al acto, que empezaría un poco después”, recuerda hoy Irene Celis, entonces parte de la Confederación Textil, a la que había llegado gracias al padre Alfonso Baeza y su Pastoral Obrera. “Era 1978 y había mucho miedo. Las mujeres nos recibían el clavel, pero cuando leían el papel lo escondían mirando a los lados o lo botaban como si les hubiésemos pasado una metralleta”, relata. [Continuar leyendo…]